«Actualmente la educación ya no pivota en los dos pilares fundamentales, familia y escuela, sino que se asienta en un trípode, con una nueva pata que son las nuevas tecnologías» como lo son los videojuegos. Lo constatan Antonio Gabela y Carmen Marta en su estudio «Consumos y mediaciones de familias y pantallas. nuevos modelos y propuestas de convivencia» integrado en el proyecto Pantallas Sanas de la Comunidad de Aragón (2008). Sus conclusiones ahondan en la necesaria intervención de los padres para un consumo sano y no adictivo.
«Ningún niño o niña se resiste a una actividad compartida con sus padres, a una propuesta que se interesa por lo que les gusta, una partida de videojuegos o ver la televisión juntos. La mediación de los padres y madres en un entorno multipantallas, permite desarrollar un consumo sano y autónomo en familia«.
El estudio, realizado con 127 padres de Aragón destaca que «la televisión, las videoconsolas, los dispositivos móviles, Internet, forman un universo poblado de conflictos e interacciones (…) Los menores, mantienen hoy una estrecha y continua convivencia con las diferentes pantallas (televisión y cine, internet, videoconsolas, dispositivos móviles) que conforman un paisaje y un “hábitat de valores».
La televisión sigue siendo la pantalla por excelencia, con un 49% de niños que dedica entre 1 y 2 horas al día. Le sigue el tiempo dedicado a la música, al cine, a la videoconsola y a Internet. El estudio resalta que un 11,2% de padres no restringe el tiempo que sus hijos dedican al uso de la videoconsola.
El estudio recomienda en sus conclusiones: «la salud de los niños y jóvenes actuales, depende en gran medida de la calidad en el aprendizaje del consumo sano alrededor y hacia las pantallas. La dieta audiovisual y multimedia condiciona su visión, valores, aptitudes, comportamientos, hábitos y convivencia en relación con el resto de contextos de pertenencia y referencia».