El uso prolongado de videojuegos de carácter violento como ‘San Andrés’, junto a la usencia de control y presencia parental, puede potenciar el comportamiento violento de los menores, ya que es entre los 5 y los 8 años de edad cuando éstos asimilan la mayor cantidad de conocimientos y forjan su propia personalidad, según la psicóloga Teresa Rodríguez Jaime.
La especialista asegura que un niño de entre 5 y ocho años de edad que juegue durante varias horas a ‘San Andrés’ o cualquier otro video-juego, corre el riesgo de absorber de manera directa los aprendizajes y hábitos reflejados en pantalla, ya que, aseguró, es en este rango de edad cuando se va creando la personalidad propia y por lo tanto se vuelven más susceptibles.
«San Andrés» es un videojuego que más que divertir y entretener, se da a la tarea de enseñar a niños, adolescentes y adultos como convertirse en verdaderos criminales; consiste en robar, asesinar y hasta violar mujeres que se atraviesen en el camino del protagonista, quien al parecer, tiene como objetivo cometer el mayor número de crímenes en el menor tiempo posible, aniquilando civiles, matando policías y robando patrullas, para escapar de la escena.
Sobre este, la especialista aseveró que tanto en la música como en los videojuegos, los mensajes subliminales contienen un ‘disparador’ que abre el estado inconsciente de la persona, por lo que entra y se incuba directamente, en este caso, el mensaje agresivo del videojuego en el menor.
Aunado a dicho riesgo, si los niños usuarios de éste y otros videojuegos pueden asumir actitudes egocéntricas, pues es de suma importancia ser el centro de atención, de tal manera que revelan comentarios como «el máximo poder es para mí, porque he llegado a juntar hasta 3 mil puntos en el juego», explica Rodríguez Jaime.
La imitación de conductas en la edad temprana no siempre es reflejada de manera inmediata, por lo que las secuelas de todo el aprendizaje adquirido, ya sea bueno o malo, no son detectables con veracidad y algunas de ellas, llegan a manifestarse años más tarde, apuntó Rodríguez Jaime.
Ante ello, refirió que si los padres de familia descuidan la atención de sus hijos y por el contrario, los mantienen sin supervisión constante, no importa si es por cuestiones o de cualquier otra índole, en realidad lo que conseguirán será un fomento de comportamientos inaceptables con inclinaciones rebeldes y agresivas.
Por lo anterior, recomendó a los progenitores pasar tiempo con sus hijos y señalar con claridad los límites que separan la vida real de la ficticia, mostrando los valores familiares, las responsabilidades y las consecuencias de los actos, concluyó.
Fuente: correo-gto.com