Adicción a los videojuegos y juegos online

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Los menores argentinos reconocen la adicción que les producen los videojuegos y que les hacen ser más violentos

Ayer día 15 se presentaron en Buenos Aires los resultados del estudio internacional “La Generación Interactiva en Iberoamérica 2010. Niños y adolescentes ante las pantallas” realizado por el Foro Generaciones Interactivas. El estudio recogió, entre otros, datos de 1.073 niños argentinos de entre 6 y 18 años.

Videojuegos

El informe presenta algunas estadísticas relativos a los juegos:

  • Al respecto del uso de videojuegos lo más llamativo que revela el estudio es que a los 14-15 años se produce un elevado número de conflictos familiares por dicha causa, pero sólo entre las chicas, con un 67% que tiene discusiones en casa. En el resto de edades prevalecen los chicos en tener problemas, aunque con cifras bastante menores: entre 13 y 40%. Curiosamente entre los 13 y 15 años casi todos los padres de las chicas que juegan conocen el tipo de juegos (entre el 83 y 100%).
  • Otro dato relevante sobre el tema es que a los 13 años el 22% de los niños varones afirman que si sus padres supieran a qué videojuegos juegan no les dejarían usar casi ninguno. A los 14 años el 67% de las chicas afirman eso, lo cual choca con el dato de conocimiento paterno mencionado antes.
  • Sobre el nivel de adicción o uso abusivo de videojuegos, llama la atención un 43% de niñas de menos de 11 años que afirman estar enganchadas o conocer a alguien que lo está (frente a sólo el 17% de los niños de esa edad). La adicción cae entre los 14-15 años (un grupo aparentemente diferente a los demás en muchos aspectos del estudio) y vuelve a subir entre 16 y 18 pero ahora con los chicos a la cabeza (33-25-40%).
  • Acerca de los efectos de los videojuegos, los propios pibes reconocen que los pueden volver violentos en un tercio de los varones encuestados de menos de 15 años. En el caso de las chicas las cifras son notoriamente más bajas y sólo alcanzan un 25% a los 17 años y un 22% a los 18, manteniéndose en las otras edades en torno al 15%, con excepción de la franja 13-14 y los 11 años donde prácticamente ninguna chica muestra esa impresión en la encuesta.

Otros datos del informe

Generación interactiva en Argentina. Portada del estudio del Foro Generaciones InteractivasResumimos a continuación otros de los datos hechos públicos en este estudio:

  • Un 86% de los menores argentinos tiene acceso a Internet en su casa.
  • El 28% de los argentinos de 6 a 9 años tiene celular propio. A los 12 años ya lo tiene el 79% de los niños y el 73% de las niñas.
  • De entre los que disponen de celular antes de los 10 años, el 14% de los chicos y el 10% de las chicas lo usan para conectarse a Internet. Esa cifra sube a 19/14% respectivamente en la franja de 10 a 18 años.
  • El 44% de chicos y 53% de chicas dicen nunca apagar su móvil.
  • Un 83% de niños y adolescentes utiliza las redes sociales online con frecuencia.
  • El 37% de chicos y 31% de chicas de 6 a 9 años usan las redes sociales.
  • Un 77% de los menores argentinos de entre 10 y 18 años navega en solitario y un 59% asegura que ha aprendido solo a utilizar Internet.
  • Entre los de 6 a 9 años el 75% navega solo. A los 10 años es destacable que el 88% de las niñas navega en solitario mientras sólo lo hace el 63% de los niños. A los 13 años vuelve a darse otra marcada diferencia (90% de niñas, 67% de niños).
  • Un 64% de los niños y adolescentes declara utilizar recursos digitales para la realización de las tareas escolares.
  • Un 36% de los niños varones de 6 a 9 años (26% de niñas) usa la Red para publicar fotos, vídeos y presentaciones.
  • Un 35% de los niños de 11 años (20% de las niñas) afirman que pueden poner cualquier foto suya en Internet. Fluctúan esas cifras con la edad y alcanza el 20% a los 18 años (19% en las chicas).
  • El 41% de chicos y 44% de chicas de esa edad lo hace para chatear.
  • De los 10 a 18 años el 22% de chicos y 26% de chicas usan fotologs. El 40% y 35% respectivamente administran su propio web.
  • A los 14 años el 13% de los chicos (0% de las chicas) reconocen usar la Red para realizar ciberbullying. La cifra se establiza entre los 16 y 18 años en torno al 6-8%. En las chicas los picos de ciberbullying se producen entre los 11 y 13 años (10-14-10%) y a los 17 (11%).
  • En cuanto al ciberbullying pasivo hay una marcada diferencia entre niñas y niños: niños de menos de 10 años, de 13, 14, 15 ó más de 17 dicen que nunca les ha perjudicado nadie online y sólo a los 11 y 17 años dicen ser víctimas el 8-9%. Sin embargo las niñas muestran cifras muy altas: 25% de las menores de 12 años ó 22% entre las de 17, por ejemplo.
  • Con respecto al uso del celular para realizar ciberbullying («perjudicar a alguien», en términos de la encuesta) el 20% de menores de 11 años lo ha hecho, 37% de 11 años y varones, manteniéndose en cifras muy altas en esa franja hasta los 14 años y especialmente entre los varones, ya que las chicas arrojan cifras mucho más bajas a excepción de las menores de 11. Después vuelven a remontar la tasa de ciberabusones varoens y a los 17 años son el 23% y a los 18 el 35%.
  • Como víctimas de ciberbullying vía celular el panorama sorprendentemente cambia y a cortas edades son los chicos los más perjudicados para pasar luego a ser las chicas: 10% de menos de 11 años (frente a 0% de chicas), 17% a los 13 (frente a 7% de chicas)… y luego 14% de chicas a los 15 (frente a 7 de chicos), 19% a los 16 (frente a 12%) y 17% frente a 6% a los 18. La excepción son los 17 años, en los que el 15% de chicos dicen ser perjudicados mientras entre las chicas la cifra es nula. Comparando las cifras de víctimas con las de perpetradores podría pensarse que son habitualmente los chicos los que ejercen el ciberbullying contra las chicas.
  • Al 25% de niños y 50% de niñas de 10 años (o menos) les parece divertido hablar con desconocidos por Internet. Con la edad esa cifra cae aunque en las chicas a los 14 remonta de nuevo alcanzando el 50%. En los chicos sube a los 16 hasta el 31% para caer bruscamente al 7-8% a partir de esa edad. A la mitad de las niñas argentinas de 6 a 10 años no les importa agregador a desconocidos en los programas de mensajería instantánea. La cifra cae a medida que maduran pero vuelve a subir hasta un nuevo pico de 27% a los 15 años. En los chicos la cifra más alta se da a los 16 años (44%).
  • El 41% de los argentinos de 11 años ha conocido en persona a algún amigo que había hecho por Internet. La cifra se mantiene hasta los 18 años en cifras entre el 22-43%. En las chicas la cifra comienza siendo muy alta con 10 años o menos (38%) y alcanza un pico de 50% a los 14 años.
  • Las marcadas diferencias que se producen en cuanto a ciertas prácticas o peligros en el caso de las niñas argentinas, quizás tengan su reflejo en otro dato llamativo: el 50% de niñas 10 años o menos ha tenido discusiones con sus padres a cuenta de Internet, mientras que en el caso de los niños de esa edad sólo hay problemas en el 13% de los casos.
  • En otras edades, en cambio, las discusiones son más frecuentes en chicos: 38% de 14-15 años y 40% de 18 años.
  • El 47% de los chicos y el 33% de las chicas reconocen que sus padres no ejercen ningún tipo de control sobre su navegación por la Red. Es remarcable que el 78% de las chicas de 17 años afirman que sus padres no les prohiben hacer nada en Internet, mientras que los chicos de esa edad sólo afirman eso en el 38% de los casos.
  • En cuanto a la TV aproximadamente la mitad de los encuestados la tiene en su cuarto, y llama la atención que en torno al 70% de los niños menores de 10% la ven sin compañía. De los 10 a los 18 años, un 25% de varones y un 40% de mujeres ven reality shows.
  • Las discusiones con los padres por culpa de la TV se concentran en los 11 años, disminuyendo progresivamente con la edad, aunque en las chicas los conflictos se mantienen en niveles del 20-30% hasta los 15 años.
  • Llama la atención que al 60% de niños y 50% de niñas de menos de 11 años sus padres les dejan ver todos los programas que emiten por TV.
  • El 53% de las niñas de 14 años lo primero que hacen al llegar a casa es escender la TV.

Fuente: Foro Generaciones Interactivas

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Los pederastas utilizan los videojuegos online para llegar a sus víctimas

A finales de marzo la Policía Nacional detuvo a 32 personas e imputó a otras nueve en cinco operaciones contra la pornografía infantil incautándose en la operación de miles de archivos de pornografía infantil.

Cada día se ponen en circulación 200 imágenes de este tipo. Los expertos denuncian un incremento de casos de pederastia debido, en parte, a las posibilidades que ofrece Internet aunque la propia Red “también ha facilitado que la Policía lo investigue”, puntualiza Enrique Rodríguez, inspector jefe de la BIT de la Policía Nacional.

Jorge Flores, director de Pantallas Amigas, atañe esta subida a que “ahora mismo hay más menores en Internet y se incorporan desde edades más tempranas”.

Según Rodríguez, en ocasiones “los menores han pasado de ser víctimas a ser autores de distribución de pornografía infantil”.

La Comisión Europea ha presentado una propuesta legislativa para endurecer las penas por abusos sexuales a niños y pornografía infantil. Los Estados miembros deberán adoptar las medidas para bloquear el acceso desde su territorio a páginas que contengan pornografía infantil.

Redes sociales en Internet como Tuenti o Facebook, foros, juegos online multijugador… son algunos de los campos donde los acosadores localizan a sus presas. “Ahora mismo las redes sociales son un caldo de cultivo enorme, sobre todo Tuenti, que está dedicada a menores” -explica Rodríguez-. “El pederasta sólo tiene que meterse en Tuenti, hacerse un perfil falso y que alguien le invite a entrar. A partir de ahí, empieza a moverse”.

“Crearse un perfil no supone un riesgo”, argumenta Guillermo Cánovas. “Desde Protégeles, recomendamos a los padres que se hagan perfiles para ver cómo funcionan y para determinar el nivel de utilización que tienen sus hijos”. Enrique Rodríguez señala que uno de los mayores problemas del mal uso de las redes sociales online es que “en los perfiles se ponen los datos reales, porque de lo que se trata es de ser localizado por antiguos amigos”, lo que permite que los abusadores encuentren la forma de llegar al menor. De hecho Tuenti requiere que los datos sean reales cuando un menor se da de alta. Otro problema añadido es que la privacidad depende, a su vez, de que los amigos respeten su privacidad: la ley no permite subir fotos de otras personas sin su consentimiento, pero es práctica habitual en estas redes.

Cuando se habla de acoso de depredadores sexuales en Internet se utiliza la palabra grooming. Según indica Flores, éste se produce “cuando el adulto desarrolla la empatía con el niño satisfaciéndole sus necesidades emocionales. El punto de inflexión viene cuando consigue obtener algo de ese menor (un secreto compartido) con lo que poder chantajearle”. Otra estrategia del grooming consiste en “hacerse pasar por alguien de la misma edad” -apunta Flores-, “se hacen novios por Internet y consigue que el menor le mande una fotografía desnuda o desnudo. Una vez que el adulto tiene eso, le amenaza con que si no le enseña lo siguiente, se mandará esa foto a todos los contactos del niño”.

Otros se hacen pasar por ejemplo por productor de cine o agente de modelos y pasa castings para buscar chicas a las que, se supone, harán un book. Cuando se presentan al supuesto casting les piden que se desnuden.

Los estudios revelan que casi un 15% de los menores internautas entre 10 y 17 años recibe alguna propuesta sexual y que el 34% de ellos se encuentra con material sexual que no ha buscado. Los menores de entre 12 y 15 años son la franja de mayor peligro, según indica el director de PantallasAmigas.

Además, sólo el 1% lo denuncia. Esto ocurre porque los niños “tienen la sensación de que están haciendo algo mal. Creen que están colaborando con los pederastas”, explica el psiquiatra Jorge Plá.

Los padres “deben ser capaces de conseguir que el menor les pida ayuda en el momento que tengan el problema”, aconseja Flores, y añade que los mayores no deben mostrarse contrarios a las tecnologías o enemigos de las mismas, con frases como “ya me tienes harto con tanto ordenador”, porque entonces “será difícil que los hijos cuenten el problema ya que lo que esperan es una reacción negativa”.

Desde la Confederación de Padres de Alumnos critican la hipersexualización difundida por la TV y reclaman que se hagan cumplir las leyes que deben proteger a los menores también en este medio y en Internet.

Fuente: Intereconomía


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Adicción a la Red, los móviles y los videojuegos en las ciudades gallegas

Informes de referencia sitúan en torno al 12% el riesgo que tienen los jóvenes gallegos de desarrollar una adicción vinculada a las nuevas tecnologías. El Estudio epidemiológico sobre adicciones del catedrático de Psicología Clínica Elisardo Becoña (Universidade de Santiago) precisa en un 12,7% el riesgo de adicción a Internet en el medio urbano gallego (con Vigo como referencia).

El cibersexo, la conexión compulsiva a la Red o el juego on-line atrapan con facilidad, pero también hay adolescentes que se enganchan al móvil, hasta el punto de que el 38% de los alumnos de bachillerato admiten sentir ansiedad cuando se ven privados de él.

Pero los estudios han dado paso a la fase clínica de un problema conocido técnicamente como desorden de adicción. Siete de cada diez pacientes del área de Psiquiatría del hospital Arquitecto Marcide de Ferrol sufren trastornos asociados a Internet. Y su responsable, Antonio Núñez, cifra en 20.000 el número de afectados en la ciudad y su entorno.

Los expertos distinguen entre la adicción pura a Internet o al móvil y aquellas patologías clásicas que encuentran en la tecnología actual un vehículo nuevo. Así, eBay sustituye al comercio en las compras compulsivas, como el web de contactos al prostíbulo y la apuesta on-line al casino o al bingo. En la Agaja hay actualmente siete personas a tratamiento en relación con Internet.

El director terapéutico de Agaja recuerda que el 80% de los adolescentes de 14 a 21 años usan Internet para chatear o jugar.

Fuente: La Voz de Galicia


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Los videojuegos violentos afectan al ritmo cardiaco

Si ya es de por sí nocivo que un menor pase demasiado tiempo jugando a videojuegos o juegos on line, la violencia implícita del juego puede acarrear consecuencias negativas aún más nocivas para su salud. Un estudio realizado por científicos de las universidades de Uppsala, en Estocolmo, y por el Instituto Karolinska, ambos en Suecia concluye que los niños que juegan a videojuegos violentos sufren alteraciones en su ritmo cardiaco y en el sueño.

El estudio se realizó con una muestra de niños entre los 12 y los 15 años a los que se les pidió que jugasen a dos tipos diferentes de videojuegos por la noche. Durante la práctica se registró su ritmo cardiaco. Los resultados revelaron variaciones en la frecuencia cardiaca de los niños mientras jugaban, y durante las horas posteriores de sueño, y se comprobó que el sistema autónomo nervioso y los sistemas centrales psicológicos del cuerpo pueden sufrir alteraciones al jugar a videojuegos violentos sin que los niños se den cuenta de ello. Los cambios se produjeron en aquéllos que habían usado juegos con alto contenido violento.

La investigación abre nuevas vías para estudiar: por un lado, los cambios psicológicos que se producen mientras los niños juegan con videojuegos, y por otro, para distinguir los efectos que provocan. Además, podrán descubrir los mecanismos que asocian los videojuegos violentos y el comportamiento agresivo.

Información extraída de: dmedicina.com


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Polémica en Inglaterra por la violencia en un juego online

¿La violencia hace aún más nociva la adicción a los juegos on line? El debate está abierto y la polémica también. La última ha saltado en Inglaterra con la salida al mercado de un juego on line el que los usuarios, niños de entre 7 y 16 años, tienen que convertirse en el mejor hooligan, adquirir armas, como un bate de béisbol, una espada samurai o un puño americano, y ganar peleas contra grupos ultras rivales.

Este juego ya tiene más de 22.000 usuarios, a pesar de que ha provocado el rechazo del fútbol inglés, porque los nombres de los clubes de la Premier son utilizados para denominar estas bandas violentas.

Los diseñadores insisten en diferenciar la violencia que se ejerce en el juego y la vida real, donde los niños saben que las reglas son otras. Pero lo cierto es que surge la pregunta de si el aumento de los juegos violentos, donde la violencia es un fin en sí mismo, acaba formando la columna de valores de los menores que cdada vez pasan más tiempo jugando.

Fuente: 20minutos


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El 14% de los jóvenes es adicto a los juegos online

Los pocos estudios sobre las adicciones de los jóvenes a las nuevas tecnologías, permiten constatar su existencia que, además, va asociada muchas veces al consumo abusivo de sustancias. María José Mayorgas, coordinadora técnica de proyectos de la Fundación Gaudium, recuerda que el problema ya ha llamado a la puerta de Proyecto Hombre, donde rondaría el 5% de casos, y la cifra sube al 10-15% en su propia consulta. Según una investigación de Madrid Salud con chavales y jóvenes de 12 a 25 años, el 4,5% abusa de la navegación por internet, el 8,1% hace un uso compulsivo del móvil y el 4,1% admite problemas con el chat. Según otro trabajo del Defensor del Menor madrileño, un 37% de menores necesita conectarse con frecuencia, un 38% desarrolla reacciones adversas si se le priva del móvil y el 14% confiesa su enganche a algún videojuego.

La utilización masiva de las nuevas tecnologías en España (con apenas 10-15 años, el 94,1% tiene ordenador, el 82,2% internet y el 65,8% móvil) plantea un importante reto sobre su buen uso. «Los padres llegan a la consulta por problemas de estudios de sus hijos, o porque es tímido y le cuesta relacionarse», señala la experta, «pero lo que hay en realidad es un problema de relación, no que sea simplemente introvertido».

AUTOESTIMA PROTECTORA

Al fondo se dejan ver casi siempre prácticas de mínima sociabilidad, como el virtual aislamiento «en su cueva o miniapartamento», en esa habitación infantil o juvenil en la que «hay de todo -baño, ordenador, videoconsola…de ahí la primera receta protectora contra la adicción tecnológica de los chavales: «Inculcarles fortaleza», favorecer su autoestima para «aumentar su capacidad de enfrentarse a situaciones complicadas y solucionar problemas sin recurrir a sustancias ni a otra cosa».


PRECAUCIONES Y COMPROMISO

Sobre esa base de fortaleza psicológica, a los padres les caben tareas claves. Algunas de simple precaución, como colocar el teléfono, el ordenador, la videoconsola o el televisor «en sitios de uso común» donde puedan ser compartidos; o como «observar y controlar el tiempo y el uso adecuado» de las nuevas tecnologías, para asegurarse de que no impida otras actividades, como salir al parque, ni otras formas de juego y ocio más sociables. «No hay que hacerlo con ánimo de espionaje, ni se necesita conocer todo», aclara.

Fuente: laverdad.es


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Los videojuegos educativos, poco explorados

El debate acerca de los pros y contras de los videojuegos cobra mayor importancia cada día, pues se han convertido en uno de los principales vehículos de ocio de los menores.

Algunos expertos opinan que las consecuencias de la «adicción» de los niños a los videojuegos (sedentarismo, bajo rendimiento escolar, conducta antisocial o inclinación a la violencia) no son adjudicables al videojuego en sí, sino, en su mayoría, a la «irresponsabilidad, negligencia, falta de tiempo e ignorancia de los padres».

“Necesitamos enseñar a los jefes de familia para que sepan que existen videojuegos educativos, muchos los desconocen”, señala José Eduardo Terán, coordinador del Club Desarrolladores de Videojuegos (CDJ), del campus Atizapán de la Universidad Tecnológica de México. Los productos de este género que podemos ver en las tiendas vienen de países como España y Estados Unidos.

Reducir la violencia a lo virtual

En cuanto a la violencia de los videojuegos, el antropólogo Óscar González Seguí, investigador de El Colegio de Michoacán, también es tajante: “los videojuegos violentos suman su cuota de socialización a la violencia de la televisión o el cine. Sin embargo, las condiciones familiares y sociales son decisivas, en el sentido de que los jóvenes consideren que la violencia es sólo virtual, si en su entorno hay un ambiente tranquilo, o si está mostrando el mundo como es (…) En nuestras encuestas, los efectos nocivos parecían depender del tiempo de juego y del ambiente familiar”«.

Jugar para supervisar

Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), que proporcionan asesoría a la empresa Electronic Arts –dedicada al software de entretenimiento consideran que una de las primeras reglas a realizar como padre, por la seguridad de los hijos, es “que conozca lo que juegan los pequeños, así como las páginas que visitan en Internet”.

“Aunque en principio parezca que no pueden intervenir, lo cierto es que con paciencia e interés de su parte, los padres no sólo puede enterarse a qué juegan, cómo y con quién, sino que deben aprender a jugar y así poder supervisar.

Los especialistas catalanes añaden –al igual que diversos estudios realizados en universidades de Estados Unidos– que no existen una relación directa y de causa-efecto entre los videojuegos y la generación de niños obesos.“Pero sí hay muchos especialistas que llaman nuestra atención sobre la necesidad de equilibrar los tiempos que los niños dedican a las diferentes actividades que realizan durante el día».

José Eduardo Terán, del CDJ, considera que, a diferencia de hace una década, existe hoy día “la preocupación de los desarrolladores por crear videojuegos educativos expresados de forma divertida y sencilla, como el muy aclamado Brain Age.

“Con respecto a los pequeños adeptos a los videojuegos violentos, es responsabilidad de los padres, pues éstos deben tener en cuenta que existe una entidad internacional autorreguladora llamada Entertainment Software Rating Board (ESRB), que ayuda a escoger los videojuegos que son correctos para cada familia.

“Ellos clasifican los videojuegos en: infancia temprana, para mayores a 10 años, adolescentes, maduros, sólo adultos o para todos. La clasificación viene en los empaques de los productos. También existe, desde hace ya un tiempo, una ‘llave parental’, con la que el padre puede quitar toda violencia, sangre, sexo y/o textos ofensivos (sic) del videojuego y proteger su acceso con una clave.”

Los expertos de la UAB añaden que “el mejor control paterno es la compañía y el estar juntos en los diferentes descubrimientos que pueden provocar tanto los videojuegos como Internet.“Siendo realistas, esto no siempre es posible y habrá muchas ocasiones en que los niños jueguen solos, pero entonces, si los pequeños han sido acompañados antes, la confianza surgirá por sí sola y las herramientas de control paterno podrán dejarse para momentos muy puntuales.”

Fuente: La Jornada